La competencia por sufrir

Una Mujer Es Una Casa

esto del pobrecito/pobrecito rinde...y mucho. la lástima y la búsqueda de reconocimiento de nuestra vulnerabilidad desde ese espacio del sufrir está tan normalizada en nuestra sociedad católica llenita de culpas, que es dificilísimo dejar caer esa torre. • es liberador, por decir lo mínimo, cuando comenzamos a hacer las cosas porque nos nacen del corazón y no porque estamos llenando las expectativas de los demás o las propias o porque estamos tan tan tan hambrientos de afecto que hacemos lo que sea por esa mirada de aprobación. ¡es que hasta el cuidar de nosotros, tener tiempo libre, disfrutar se ha convertido en una letra escarlata en una sociedad hiperproductiva en la que todo puede ser fuente de dinero o de aplausos! • cuidado, porque sí, necesitamos los unos de los otros, sentirnos aceptados, mirados, pero hacernos adultos incluye la responsable tarea de darnos a nosotros mismos esa mirada. cuántas veces en reuniones con amigos o familia estamos, sin querer, compitiendo a ver quién la ha pasado peor. el empoderamiento que me interesa viene desde un lugar de vulnerabilidad honesta, de aceptación de los momentos de quiebre con la certeza de que mientras más me ocupe de vivir desde mi ser, menos me costará poner límites. --- Send in a voice message: https://podcasters.spotify.com/pod/show/natalia-mingotti/message