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Cosas que Dios nunca prometió

 
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Cosas que Dios nunca prometio

Septiembre 29, 2024 – 2:00PM | Josue 21:45 | Dr. David Rodríguez

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TRANSCRIPCIÓN

Vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de Josué. Me gustaría que leamos juntos la palabra de Dios. El estudio de esta tarde se llama: Cosas que Dios nunca prometió. Lo que Dios promete lo cumple, ¿por qué? Porque Dios no miente.

Josué 21:45 (RV-60): No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Oremos: Padre bendice el mensaje de esta hora en nuestros corazones. Señor danos entendimiento. Ayúdanos, Espíritu Santo, a comprender tus verdades; en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.

Todo lo que Dios promete, Dios lo cumple; ¿por qué? Porque Dios no miente.

Desde Génesis, Dios prometió a un Redentor y mandó a Jesús. Le dijo a Noé: -Voy a mandar un diluvio. Y lo mandó. -Voy a destruir todo ser viviente porque hay mucha maldad, y lo hizo. -Te voy a salvar a ti y a tu familia, y los salvó. Le dijo a Abraham que iba a tener un hijo en su vejez, y se lo dio. Le dijo a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo, del firmamento, como la arena del mar, y así lo hizo. Le dijo Isaac que las promesas hechas a su padre también serían de él, y así lo hizo. Prometió bendecir a Jacob y hasta le cambió el nombre por Israel. Le dijo a Moisés: -Voy a liberar al pueblo de Egipto, y, ¿qué pasó? Lo liberó. Le dijo a Faraón: -Se va a morir tu hijo, y así lo hizo. Le dijo a Moisés: -Vas a ver la tierra prometida, pero no vas a entrar en ella, ¿y qué pasó?, así sucedió. Le dijo a Josué: -Te voy a entregar la tierra de Canaán, y se la entregó. Le dijo al pueblo de Israel: -Si se portan mal, los voy a castigar. ¿Qué hizo? Los castigó. Dios le dijo a Elí: -Tus hijos se van a morir porque no los has estorbado, y se murieron. Le dijo al rey David: -Te prometo establecer tu reino para siempre, a través de Jesucristo, y así lo hizo. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Dios nos ha prometido muchas cosas, muchas cosas, ¿diga usted? ¡Sí, amen! Así es. Por ejemplo: nos ha prometido salvación, y nos ha salvado por la gracia y misericordia del Señor. Perdón de nuestros pecados, y nos ha perdonado. Lavarnos con la sangre de Cristo, y nos ha lavado. Ser nuevas criaturas, y Dios lo ha hecho. Ser templo del Espíritu Santo. Dios nos ha prometido: ser libres de las tinieblas. Nos ha prometido: redimirnos de la maldición de la ley. Nos prometió: bendecirnos para siempre en Jesucristo. Nos prometió: ser cabeza y no cola. Nos prometió: su presencia. Nos prometió: que seríamos santos y sin culpa delante de Él. Nos prometió: estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y así lo ha hecho. Nos prometió: ser libres de la muerte eterna. Nos prometió: ser justificados por su gracia. Nos dijo que: en Cristo seríamos más que vencedores y así lo ha hecho. Nos ha dicho que: seremos coherederos con Cristo de la gloria. Nos dijo que: seríamos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que seríamos aceptos en el amado, que seríamos libres de toda condenación, que tendríamos acceso al Padre por medio del Espíritu Santo, que hemos vencido al mundo. Nos dice que: tenemos vida eterna. Nos ha dicho que: tenemos la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. Nos dice que: todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza. Nos ha dicho que: mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Ha prometido: santificarnos. Prometió que: el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Ha prometido que: el bien y la misericordia de Jehová nos seguirán todos los días de nuestra vida. Lo que Dios promete, Dios lo cumple, amén.

Muchos creyentes han entendido mal las promesas de Dios. Yo quiero que Dios nos hable el corazón en esto. Existe una variedad de situaciones que hemos vivido, por la que muchas personas han atravesado; y, la manera cómo se reacciona ante las circunstancias de la vida, da la impresión que hemos entendido mal las promesas del Señor.

Yo entiendo que las promesas de Dios mantienen nuestra fe, que las promesas de Dios nos dan esperanza, que las promesas de Dios nos dan fuerzas para seguir; sin embargo, hay muchos cristianos que están decepcionados, que están desilusionados, frustrados, y dudando de Dios. ¿Por qué? Porque creen que Dios tiene la obligación de contestarnos todas las oraciones. ¡Oh, a mí Dios no me contesta, a mí Dios no me oye, a mí Dios no me escucha! ¿Para qué voy a la iglesia? ¿Para qué voy a orar? ¿Para qué voy a ofrendar? ¿Para qué voy a hacer esto, para qué, si Dios está lejos de mí? Dios no me pone atención.

Quiero que entienda que en la Biblia hay muchas oraciones específicas, pero también hay principios de vida. Dios no va a tratar de la misma manera a sus hijos, aunque sean esposos; somos hijos individuales del Señor. Piense por un instante conmigo, usted tiene hijos y trata a uno diferente de otros, por una variedad de motivos; y no es que tengamos un hijo favorito. No es que sea favorito, es hay principios de vida, y los tratamos diferentes porque conocemos como son. Dios nos conoce muy bien. No podemos tomar las promesas de Dios fuera de contexto. No hay ningún versículo en la Biblia que diga que Dios nos va a contestar todas nuestras oraciones, al contrario.

Santiago 4: 3(RV-60): Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Santiago 4:3 (NTV): Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que le dará placer. Dios no tiene la obligación de darnos todo lo que nosotros pedimos, porque algunas cosas no serían para nuestro propio beneficio.

Algunas cosas que Dios nunca prometió:

  1. Dios nunca prometió una vida sin problemas.

¿Hay alguien aquí que no tenga, aunque sea un problema pequeñito? Yo escuché a pastores, a lo largo de mi vida cristiana, decir: Entréguele su vida a Dios y todos sus problemas van a desaparecer. No es cierto, no es cierto. ¡Cuidado con esos predicadores que ofrecen cosas que Dios nunca ha ofrecido! Al contrario, Jesús dijo (Lucas 9:23): Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. La cruz es símbolo de sacrificio, la cruz es símbolo de muerte.

Jesús dijo (Juan 15:20): Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Los problemas son parte de la vida, no existe una vida cristiana sin problemas. Dios nunca prometió semejante cosa. Dios sí prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué quiere decir? Que sus problemas usted no los va a resolver solo, que Dios le ayuda, Dios está ahí con usted.

Hebreos 13:5 (RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Isaías 41:10 (RV-60): No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 40:31 (RV-60): pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

Aférrese a Dios, confíe en Dios, espere en Dios. Usted no está solo. ¿Una vida sin problemas? Mentira, todos tenemos problemas; pero, Dios te dice: -Aquí estoy yo para ayudarte, no estás solo, aférrate a mí, ten fe, juntos vamos a salir adelante. Aún en medio de la tempestad más grande, Dios estaba ahí con sus discípulos, es cuestión de confiar.

En mi país hay una expresión que se dice: no se ajolote, que significa: sea tranquilo, confíe en Dios, espere en el Señor. Dios no ha perdido nunca una batalla hermanos. Si tiene dificultad, espere en el Señor, ponga su fe y su confianza en Dios. Todos los milagros en la vida comienzan con un problema. En todos los problemas que hemos tenido, ahí ha estado el Señor; y el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, fue el problema que estábamos viviendo el que suavizó más nuestro corazón, fue el que nos permitió entregarle nuestra vida al Señor.

  1. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material.

¿Es la voluntad de Dios que todos los cristianos seamos ricos? ¿Usted cree que Jesús tenía riquezas, que era millonario?

Mateo 8: 20 (RV-60): Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.

Yo he escuchado a predicadores decir: Si Jesús viviera en nuestros tiempos él anduviera en un Ferrari, en un Lamborghini o en un Bugatti Mistral. Jesús pudo haber nacido en un Palacio, en un castillo, sin embargo, nació en un pesebre iglesia. La barca donde se subía Jesús para predicar no era de Él, era de Pedro, era prestada. La casa donde se hospedaba era de Pedro.

El regalo más grande, la riqueza más grande, de un creyente es la persona de Cristo, el Hijo de Dios. La salvación; el reino de Dios es el futuro más grande de un creyente, la casa del Padre.

Las riquezas no son malas y se usan sabiamente para bendecir el reino de Dios, pero; sin embargo, es importante entender que las riquezas siguen siendo el principio de todos los males, ¿sí o no? (1Tomoteo 6:10) La raíz de todos los males es el amor el amor al dinero.

Si usted es una persona que está orgullosa de lo que posee y no bendice el reino de Dios, la verdad es: que usted no posee nada: porque el día que se vaya de aquí se va a ir sin nada. Y no solo eso, si usted modeló el camino para sus hijos, también está dejando a sus hijos con el corazón vacío, las manos pueden estar llenas pero el corazón vacío. Jesús dijo (Lucas 18:15): Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Eso significa que las riquezas son gran son un gran obstáculo para muchas personas.

Las personas que venimos a estas partes del mundo tenemos un carro, pero queremos un mejor carro. Tenemos una casa, pero queremos una mejor casa. Pastor y, ¿qué hay de malo con eso? Nada de malo con eso, siempre y cuándo usted le dé a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. El problema es que, después de un tiempo viviendo en estos países, le damos a César lo que es de César y también le damos a César lo que le pertenece a Dios; y a la vuelta de un tiempo tenemos vidas vacías y separadas de Dios; cuando el evangelio de Jesucristo es el regalo más grande, la riqueza más grande que podamos tener. Él es, la perla de gran precio. Él es el tesoro escondido.

¿Usted cree que el apóstol Pablo por haber escrito 13 o 14 epístolas era un hombre millonario?

Filipenses 4:11-12(RV-60): 11No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Es decir, Dios no nos ha prometido riquezas, ni prosperidad material, se pueden obtener siempre y cuando, seamos sabios.

Lo que sí prometió Dios es una cosa: Dios ha prometido suplir nuestras necesidades.

Filipenses 4:19 (Rv-60): Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Hebreos 13:5(RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. ¿Está contento usted con lo que tiene?

1 Timoteo 6:8(RV-60): Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Cristo es la más grande posesión, el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que tiene a Cristo, no le falta nada.

Si pudiéramos apegarnos a Dios, si pudiéramos apegarnos al evangelio, al Señor Jesucristo, entonces vamos a encontrar el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio; en Cristo tienes todas las cosas.

El Banco Mundial reportó un estudio, en 2022, preparado por la IPL (International Proverty Line) dice que la mitad de la población del mundo (eso es más o menos unos 4 mil millones de personas) viven con $6.85 al día, quiere decir que no alcanzaría ni siquiera para un simple Starbucks; eso es $205 al mes. De esa mitad del mundo, 648 millones en el mundo, viven con $1 al día. Si usted tiene un par de pantalones, dos o tres pares de zapatos usted está considerada como una persona rica en este mundo. Si tiene un carro usted es una persona rica.

La economía, por definición, no se puede resolver en este mundo. Jesús dijo (Marcos 14:7): Siempre tendréis a los pobres con vosotros. Se ha comprobado que, si los magnates más grandes de este mundo distribuyeran sus riquezas entre todos los pobres de la humanidad, solamente nos tomarían seis meses para volver a tener pobres; porque la riqueza no está en poseer, está en saber administrar. La pobreza la posee mucha gente en la mente y en el corazón. Ser rico no es malo, tener riqueza no es malo, tener abundancia no es malo, disfrutar lo que se tiene no es malo, es una bendición de Dios, siempre y cuando; usted entienda los principios bíblicos: “que lo que yo tengo es, porque el Señor me lo ha dado. Lo que yo tengo, sigue siendo de Él, que yo solamente soy un mayordomo, un administrador. Mientras yo esté aquí en esta tierra, puedo administrar mi empresa, mis negocios, puedo administrar todo lo que yo tengo, pero, con una mentalidad de reino. No me puedo olvidar que de Él proviene todo y, entender claramente que, el día que yo me vaya no me voy a llevar nada. Debo dejarles a mis hijos los principios fundamentales, más grandes, que tienen que ver con el reino de Dios, cómo funciona el reino del Señor”.

  1. Dios nunca prometió un mundo bueno.

Al contrario, hermanos.

Génesis 6: 5 (RV-60): Y vio Jehová mire usted que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designo de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Génesis 6:13 (RV-60): Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Igual que hoy, amados míos, igual que ahora, llena de violencia.

Desde la creación, el hombre ha manifestado su maldad y su desobediencia. Caín terminó matando a su propio hermano. José imploró para que sus hermanos no lo metieran a la cisterna. Siquem violó a Dina, la hija de Jacob. Jezabel terminó matando a Nabot, para robarle la viña y dársela a su esposo el rey Acab. Saúl recorrió todos los desiertos de Judea para matar a David. El rey David mandó a matar a Urías heteo para quedarse con su mujer Betsabé. Amnón violó a su propia hermana. Y la lista es interminable, Dios nunca prometió un mundo bueno, ¿por qué? Porque la maldad está en el corazón del hombre.

Hoy en día tenemos un caso criminal, abominable, en los Estados Unidos que involucra una gran cantidad de artistas reconocidos de Hollywood, una maldad increíble; y ¿sabe qué? Son artistas que nosotros veneramos, son artistas que algunos idolatran, son artistas que los tenemos muy, muy, arriba en nuestra manera de ver el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que en el mundo mueren 4.4 millones de personas por actos de violencia en el año, ¿sabe qué significa eso? Al mes son 400 mil personas, al día serían más de 12 mil personas. Vivimos en un mundo malo.

Los ateos han llegado a cuatro conclusiones: 1. Dios no es un Dios de amor. 2. Dios es un Dios indiferente al sufrimiento humano. 3. Dios no tiene poder, porque no puede resolver las cosas que pasan en la tierra. 4. Si Dios fuera perfecto hubiera creado a un mundo perfecto. Esa es una manera bien secular de ver la las cosas, porque esta gente no entiende que la maldad sigue en el corazón. Dios destruyó todo lo que existía en el tiempo de Noé, pero en el corazón de Noé, sus hijos y sus hijas, había quedado todavía la maldad. Y esa maldad pasó a todos los hombres. La Biblia dice que el mundo entero se encuentra bajo el maligno, la maldad está en el corazón del hombre.

Entendemos que no todas las personas son malas, pero si hay mucha gente mala. No todas las personas que se nos acercan lo hacen con las mejores intenciones, de tal manera que: Dios nunca nos prometió vivir en un mundo bueno. Vivimos en un mundo de maldad.

¿Qué nos prometió Dios? Dios si prometió guardarnos del mal.

Juan 17:15 (RV-60): No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Mi querido y amado hermano, usted sabe muy bien que en este mundo hay injusticias, que en este mundo hay traiciones, que en este mundo hay gente que paga mal por bien, que en este mundo hay testigos falsos, que hay personas que hablan mentiras, que hay ladrones, ese es el mundo que vivimos un mundo malo.

Jesús nos dijo en Mateo 10:16 (RV-60): He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Mateo 10:16 (TLA): El trabajo que yo los envío a hacer es peligroso. es como enviar ovejas a un lugar lleno de lobos. Por eso, sean listos y estén atentos como las serpientes, pero sean también humildes, como las palomas.

Dios nunca nos prometió una vida sin problemas, pero sí prometió no dejarnos solos. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material, pero sí prometió suplir nuestras necesidades. Dios nunca prometió un mundo bueno, libre de maldad, lo que sí prometió Dios es guardarnos del mal.

  1. Dios nunca prometió que vamos a entender todas las cosas que pasan en nuestra vida.

Proverbios 20:24 (NTV): El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?

¿Por qué Dios permite el dolor? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? ¿Por qué Dios permite la muerte? ¿Por qué Dios permite que personas inocentes sufran? ¿Por qué Dios permite las enfermedades en los niños? Uno de los grandes teólogos dijo que: -Una de las armas más potentes de los ateos es el asunto del dolor. ¿Por qué Dios permite las guerras? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento de los niños? ¿Por qué Dios permite los desastres naturales? ¿Por qué mi esposo(a) me abandonó? ¿Por qué pasó esta desgracia en mi familia? ¿Por qué los países no pueden vivir en paz? Hay mil preguntas sin contestar; y, es probable iglesia, que nunca vamos a encontrar las respuestas o las razones de por qué suceden estas cosas.

Pero, Dios sí prometió (Romanos 8:28) que: los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Aunque no entendamos el por qué de las cosas, aunque no alcance nuestra mente a comprender las circunstancias, las situaciones que pasen a nuestro alrededor. Nuestra fe debe estar puesta en Dios, sabiendo que Dios sabe lo que hace. En Dios está nuestra confianza, aferrémonos a Dios.

Yo sé que muchos hemos atravesado situaciones difíciles en la vida, y que algunas situaciones han dejado cicatrices emocionales profundas. Hay cosas que nunca hemos entendido, ni las vamos a entender, los porqués de la vida. Yo me pregunté por muchos años, siendo un niño y sin conocer a Dios, ¿por qué yo no tengo padre? ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Por qué este sí tiene papá? ¿Por qué a este sí le va bien? ¿Por qué a este sí tal cosa? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué? Hay muchas cosas que Dios nos revela en el camino, durante el proceso, pero hay otras que no vamos a entender jamás. Pero, de acuerdo a este versículo: ¿Por qué tratar de entender todo lo que pasa?

Hay cosas más sencillas que la Biblia nos pide que hagamos, como, por ejemplo: Adorar a Dios en medio de todas nuestras circunstancias. Darle a Él la honra y la gloria, aún en aquellas cosas difíciles de nuestra vida ¡Bendito sea el nombre del Señor! Poder decir como dijo Job: Jehová dio Jehová quitó sea el nombre del Señor bendito. ¡Alabado sea Dios por las cosas que entendemos! ¡Alabado sea Dios por las cosas que no entendemos! ¡Bendito sea Dios por las cosas que podemos cambiar! ¡Bendito sea Dios por aquellas cosas que están fuera de nuestro alcance y que no podemos hacer nada! De cualquier manera, sea lo que sea, ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios!

Oremos al Señor: Padre querido, entendemos por tu palabra que hay muchas cosas que tú no has prometido y nosotros, como cristianos, hemos entendido mal. Reconocemos que tú no estás obligado a contestar cada petición nuestra Señor, pero también entendemos que tú eres un Padre amoroso. Entendemos por tu palabra que tú cuidas de nosotros, que si cuidas de las aves también vas a cuidar de nuestros corazones, nos vas a guiar con tu Santo Espíritu, nos vas a proveer para nuestras necesidades, nos vas a servir como escudo en momentos de aflicción y, que, aunque andemos en valle de sombra de muerte tú estarás con nosotros. Nos vas a guardar, nos vas a proteger, nos vas a cuidar, vas a cuidar nuestros pensamientos, a guardar nuestros corazones; por todas estas cosas Señor te damos la honra y la gloria, porque tú eres bueno.

Mientras todos oramos, en esta tarde, si usted me dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, yo necesito al Señor en mi alma, déjeme decirle que a través de una oración de fe usted puede invitar a Jesucristo a venir a su corazón, a venir a su vida y comenzar una vida nueva, una vida de fe. Si usted quiere recibir a Cristo en el corazón, haga esta oración conmigo y dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por haber enviado a Jesús a morir en mi lugar. Gracias por poner tu cuerpo en esa cruz. Gracias por derramar tu sangre preciosa en esa cruz. En este día te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.

Señor te damos gracias por este día, gracias por tu palabra que nos abre el entendimiento y que nos ayuda a comprender cosas, que a veces no son tan sencillas para nosotros asimilarlas. Bendice a tu pueblo. Oramos por aquellas personas que están atravesando momentos difíciles y que se les hace complicado entender por qué están pasando por esta prueba. Oramos Señor, que puedas llenar nuestros corazones de contentamiento, de paz y de esperanza en Cristo Jesús, Amén y amén.

Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos.


Cosas que Dios nunca prometio


Septiembre 29, 2024 – 2:00PM | Josue 21:45 | Dr. David Rodríguez

Etiquetas: josue, pastor david rodriguez, septiembre 2024, transcripcion

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TRANSCRIPCIÓN

Vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de Josué. Me gustaría que leamos juntos la palabra de Dios. El estudio de esta tarde se llama: Cosas que Dios nunca prometió. Lo que Dios promete lo cumple, ¿por qué? Porque Dios no miente.

Josué 21:45 (RV-60): No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Oremos: Padre bendice el mensaje de esta hora en nuestros corazones. Señor danos entendimiento. Ayúdanos, Espíritu Santo, a comprender tus verdades; en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.

Todo lo que Dios promete, Dios lo cumple; ¿por qué? Porque Dios no miente.

Desde Génesis, Dios prometió a un Redentor y mandó a Jesús. Le dijo a Noé: -Voy a mandar un diluvio. Y lo mandó. -Voy a destruir todo ser viviente porque hay mucha maldad, y lo hizo. -Te voy a salvar a ti y a tu familia, y los salvó. Le dijo a Abraham que iba a tener un hijo en su vejez, y se lo dio. Le dijo a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo, del firmamento, como la arena del mar, y así lo hizo. Le dijo Isaac que las promesas hechas a su padre también serían de él, y así lo hizo. Prometió bendecir a Jacob y hasta le cambió el nombre por Israel. Le dijo a Moisés: -Voy a liberar al pueblo de Egipto, y, ¿qué pasó? Lo liberó. Le dijo a Faraón: -Se va a morir tu hijo, y así lo hizo. Le dijo a Moisés: -Vas a ver la tierra prometida, pero no vas a entrar en ella, ¿y qué pasó?, así sucedió. Le dijo a Josué: -Te voy a entregar la tierra de Canaán, y se la entregó. Le dijo al pueblo de Israel: -Si se portan mal, los voy a castigar. ¿Qué hizo? Los castigó. Dios le dijo a Elí: -Tus hijos se van a morir porque no los has estorbado, y se murieron. Le dijo al rey David: -Te prometo establecer tu reino para siempre, a través de Jesucristo, y así lo hizo. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Dios nos ha prometido muchas cosas, muchas cosas, ¿diga usted? ¡Sí, amen! Así es. Por ejemplo: nos ha prometido salvación, y nos ha salvado por la gracia y misericordia del Señor. Perdón de nuestros pecados, y nos ha perdonado. Lavarnos con la sangre de Cristo, y nos ha lavado. Ser nuevas criaturas, y Dios lo ha hecho. Ser templo del Espíritu Santo. Dios nos ha prometido: ser libres de las tinieblas. Nos ha prometido: redimirnos de la maldición de la ley. Nos prometió: bendecirnos para siempre en Jesucristo. Nos prometió: ser cabeza y no cola. Nos prometió: su presencia. Nos prometió: que seríamos santos y sin culpa delante de Él. Nos prometió: estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y así lo ha hecho. Nos prometió: ser libres de la muerte eterna. Nos prometió: ser justificados por su gracia. Nos dijo que: en Cristo seríamos más que vencedores y así lo ha hecho. Nos ha dicho que: seremos coherederos con Cristo de la gloria. Nos dijo que: seríamos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que seríamos aceptos en el amado, que seríamos libres de toda condenación, que tendríamos acceso al Padre por medio del Espíritu Santo, que hemos vencido al mundo. Nos dice que: tenemos vida eterna. Nos ha dicho que: tenemos la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. Nos dice que: todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza. Nos ha dicho que: mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Ha prometido: santificarnos. Prometió que: el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Ha prometido que: el bien y la misericordia de Jehová nos seguirán todos los días de nuestra vida. Lo que Dios promete, Dios lo cumple, amén.

Muchos creyentes han entendido mal las promesas de Dios. Yo quiero que Dios nos hable el corazón en esto. Existe una variedad de situaciones que hemos vivido, por la que muchas personas han atravesado; y, la manera cómo se reacciona ante las circunstancias de la vida, da la impresión que hemos entendido mal las promesas del Señor.

Yo entiendo que las promesas de Dios mantienen nuestra fe, que las promesas de Dios nos dan esperanza, que las promesas de Dios nos dan fuerzas para seguir; sin embargo, hay muchos cristianos que están decepcionados, que están desilusionados, frustrados, y dudando de Dios. ¿Por qué? Porque creen que Dios tiene la obligación de contestarnos todas las oraciones. ¡Oh, a mí Dios no me contesta, a mí Dios no me oye, a mí Dios no me escucha! ¿Para qué voy a la iglesia? ¿Para qué voy a orar? ¿Para qué voy a ofrendar? ¿Para qué voy a hacer esto, para qué, si Dios está lejos de mí? Dios no me pone atención.

Quiero que entienda que en la Biblia hay muchas oraciones específicas, pero también hay principios de vida. Dios no va a tratar de la misma manera a sus hijos, aunque sean esposos; somos hijos individuales del Señor. Piense por un instante conmigo, usted tiene hijos y trata a uno diferente de otros, por una variedad de motivos; y no es que tengamos un hijo favorito. No es que sea favorito, es hay principios de vida, y los tratamos diferentes porque conocemos como son. Dios nos conoce muy bien. No podemos tomar las promesas de Dios fuera de contexto. No hay ningún versículo en la Biblia que diga que Dios nos va a contestar todas nuestras oraciones, al contrario.

Santiago 4: 3(RV-60): Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Santiago 4:3 (NTV): Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que le dará placer. Dios no tiene la obligación de darnos todo lo que nosotros pedimos, porque algunas cosas no serían para nuestro propio beneficio.

Algunas cosas que Dios nunca prometió:

  1. Dios nunca prometió una vida sin problemas.

¿Hay alguien aquí que no tenga, aunque sea un problema pequeñito? Yo escuché a pastores, a lo largo de mi vida cristiana, decir: Entréguele su vida a Dios y todos sus problemas van a desaparecer. No es cierto, no es cierto. ¡Cuidado con esos predicadores que ofrecen cosas que Dios nunca ha ofrecido! Al contrario, Jesús dijo (Lucas 9:23): Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. La cruz es símbolo de sacrificio, la cruz es símbolo de muerte.

Jesús dijo (Juan 15:20): Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Los problemas son parte de la vida, no existe una vida cristiana sin problemas. Dios nunca prometió semejante cosa. Dios sí prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué quiere decir? Que sus problemas usted no los va a resolver solo, que Dios le ayuda, Dios está ahí con usted.

Hebreos 13:5 (RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Isaías 41:10 (RV-60): No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 40:31 (RV-60): pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

Aférrese a Dios, confíe en Dios, espere en Dios. Usted no está solo. ¿Una vida sin problemas? Mentira, todos tenemos problemas; pero, Dios te dice: -Aquí estoy yo para ayudarte, no estás solo, aférrate a mí, ten fe, juntos vamos a salir adelante. Aún en medio de la tempestad más grande, Dios estaba ahí con sus discípulos, es cuestión de confiar.

En mi país hay una expresión que se dice: no se ajolote, que significa: sea tranquilo, confíe en Dios, espere en el Señor. Dios no ha perdido nunca una batalla hermanos. Si tiene dificultad, espere en el Señor, ponga su fe y su confianza en Dios. Todos los milagros en la vida comienzan con un problema. En todos los problemas que hemos tenido, ahí ha estado el Señor; y el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, fue el problema que estábamos viviendo el que suavizó más nuestro corazón, fue el que nos permitió entregarle nuestra vida al Señor.

  1. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material.

¿Es la voluntad de Dios que todos los cristianos seamos ricos? ¿Usted cree que Jesús tenía riquezas, que era millonario?

Mateo 8: 20 (RV-60): Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.

Yo he escuchado a predicadores decir: Si Jesús viviera en nuestros tiempos él anduviera en un Ferrari, en un Lamborghini o en un Bugatti Mistral. Jesús pudo haber nacido en un Palacio, en un castillo, sin embargo, nació en un pesebre iglesia. La barca donde se subía Jesús para predicar no era de Él, era de Pedro, era prestada. La casa donde se hospedaba era de Pedro.

El regalo más grande, la riqueza más grande, de un creyente es la persona de Cristo, el Hijo de Dios. La salvación; el reino de Dios es el futuro más grande de un creyente, la casa del Padre.

Las riquezas no son malas y se usan sabiamente para bendecir el reino de Dios, pero; sin embargo, es importante entender que las riquezas siguen siendo el principio de todos los males, ¿sí o no? (1Tomoteo 6:10) La raíz de todos los males es el amor el amor al dinero.

Si usted es una persona que está orgullosa de lo que posee y no bendice el reino de Dios, la verdad es: que usted no posee nada: porque el día que se vaya de aquí se va a ir sin nada. Y no solo eso, si usted modeló el camino para sus hijos, también está dejando a sus hijos con el corazón vacío, las manos pueden estar llenas pero el corazón vacío. Jesús dijo (Lucas 18:15): Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Eso significa que las riquezas son gran son un gran obstáculo para muchas personas.

Las personas que venimos a estas partes del mundo tenemos un carro, pero queremos un mejor carro. Tenemos una casa, pero queremos una mejor casa. Pastor y, ¿qué hay de malo con eso? Nada de malo con eso, siempre y cuándo usted le dé a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. El problema es que, después de un tiempo viviendo en estos países, le damos a César lo que es de César y también le damos a César lo que le pertenece a Dios; y a la vuelta de un tiempo tenemos vidas vacías y separadas de Dios; cuando el evangelio de Jesucristo es el regalo más grande, la riqueza más grande que podamos tener. Él es, la perla de gran precio. Él es el tesoro escondido.

¿Usted cree que el apóstol Pablo por haber escrito 13 o 14 epístolas era un hombre millonario?

Filipenses 4:11-12(RV-60): 11No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Es decir, Dios no nos ha prometido riquezas, ni prosperidad material, se pueden obtener siempre y cuando, seamos sabios.

Lo que sí prometió Dios es una cosa: Dios ha prometido suplir nuestras necesidades.

Filipenses 4:19 (Rv-60): Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Hebreos 13:5(RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. ¿Está contento usted con lo que tiene?

1 Timoteo 6:8(RV-60): Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Cristo es la más grande posesión, el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que tiene a Cristo, no le falta nada.

Si pudiéramos apegarnos a Dios, si pudiéramos apegarnos al evangelio, al Señor Jesucristo, entonces vamos a encontrar el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio; en Cristo tienes todas las cosas.

El Banco Mundial reportó un estudio, en 2022, preparado por la IPL (International Proverty Line) dice que la mitad de la población del mundo (eso es más o menos unos 4 mil millones de personas) viven con $6.85 al día, quiere decir que no alcanzaría ni siquiera para un simple Starbucks; eso es $205 al mes. De esa mitad del mundo, 648 millones en el mundo, viven con $1 al día. Si usted tiene un par de pantalones, dos o tres pares de zapatos usted está considerada como una persona rica en este mundo. Si tiene un carro usted es una persona rica.

La economía, por definición, no se puede resolver en este mundo. Jesús dijo (Marcos 14:7): Siempre tendréis a los pobres con vosotros. Se ha comprobado que, si los magnates más grandes de este mundo distribuyeran sus riquezas entre todos los pobres de la humanidad, solamente nos tomarían seis meses para volver a tener pobres; porque la riqueza no está en poseer, está en saber administrar. La pobreza la posee mucha gente en la mente y en el corazón. Ser rico no es malo, tener riqueza no es malo, tener abundancia no es malo, disfrutar lo que se tiene no es malo, es una bendición de Dios, siempre y cuando; usted entienda los principios bíblicos: “que lo que yo tengo es, porque el Señor me lo ha dado. Lo que yo tengo, sigue siendo de Él, que yo solamente soy un mayordomo, un administrador. Mientras yo esté aquí en esta tierra, puedo administrar mi empresa, mis negocios, puedo administrar todo lo que yo tengo, pero, con una mentalidad de reino. No me puedo olvidar que de Él proviene todo y, entender claramente que, el día que yo me vaya no me voy a llevar nada. Debo dejarles a mis hijos los principios fundamentales, más grandes, que tienen que ver con el reino de Dios, cómo funciona el reino del Señor”.

  1. Dios nunca prometió un mundo bueno.

Al contrario, hermanos.

Génesis 6: 5 (RV-60): Y vio Jehová mire usted que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designo de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Génesis 6:13 (RV-60): Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Igual que hoy, amados míos, igual que ahora, llena de violencia.

Desde la creación, el hombre ha manifestado su maldad y su desobediencia. Caín terminó matando a su propio hermano. José imploró para que sus hermanos no lo metieran a la cisterna. Siquem violó a Dina, la hija de Jacob. Jezabel terminó matando a Nabot, para robarle la viña y dársela a su esposo el rey Acab. Saúl recorrió todos los desiertos de Judea para matar a David. El rey David mandó a matar a Urías heteo para quedarse con su mujer Betsabé. Amnón violó a su propia hermana. Y la lista es interminable, Dios nunca prometió un mundo bueno, ¿por qué? Porque la maldad está en el corazón del hombre.

Hoy en día tenemos un caso criminal, abominable, en los Estados Unidos que involucra una gran cantidad de artistas reconocidos de Hollywood, una maldad increíble; y ¿sabe qué? Son artistas que nosotros veneramos, son artistas que algunos idolatran, son artistas que los tenemos muy, muy, arriba en nuestra manera de ver el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que en el mundo mueren 4.4 millones de personas por actos de violencia en el año, ¿sabe qué significa eso? Al mes son 400 mil personas, al día serían más de 12 mil personas. Vivimos en un mundo malo.

Los ateos han llegado a cuatro conclusiones: 1. Dios no es un Dios de amor. 2. Dios es un Dios indiferente al sufrimiento humano. 3. Dios no tiene poder, porque no puede resolver las cosas que pasan en la tierra. 4. Si Dios fuera perfecto hubiera creado a un mundo perfecto. Esa es una manera bien secular de ver la las cosas, porque esta gente no entiende que la maldad sigue en el corazón. Dios destruyó todo lo que existía en el tiempo de Noé, pero en el corazón de Noé, sus hijos y sus hijas, había quedado todavía la maldad. Y esa maldad pasó a todos los hombres. La Biblia dice que el mundo entero se encuentra bajo el maligno, la maldad está en el corazón del hombre.

Entendemos que no todas las personas son malas, pero si hay mucha gente mala. No todas las personas que se nos acercan lo hacen con las mejores intenciones, de tal manera que: Dios nunca nos prometió vivir en un mundo bueno. Vivimos en un mundo de maldad.

¿Qué nos prometió Dios? Dios si prometió guardarnos del mal.

Juan 17:15 (RV-60): No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Mi querido y amado hermano, usted sabe muy bien que en este mundo hay injusticias, que en este mundo hay traiciones, que en este mundo hay gente que paga mal por bien, que en este mundo hay testigos falsos, que hay personas que hablan mentiras, que hay ladrones, ese es el mundo que vivimos un mundo malo.

Jesús nos dijo en Mateo 10:16 (RV-60): He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Mateo 10:16 (TLA): El trabajo que yo los envío a hacer es peligroso. es como enviar ovejas a un lugar lleno de lobos. Por eso, sean listos y estén atentos como las serpientes, pero sean también humildes, como las palomas.

Dios nunca nos prometió una vida sin problemas, pero sí prometió no dejarnos solos. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material, pero sí prometió suplir nuestras necesidades. Dios nunca prometió un mundo bueno, libre de maldad, lo que sí prometió Dios es guardarnos del mal.

  1. Dios nunca prometió que vamos a entender todas las cosas que pasan en nuestra vida.

Proverbios 20:24 (NTV): El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?

¿Por qué Dios permite el dolor? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? ¿Por qué Dios permite la muerte? ¿Por qué Dios permite que personas inocentes sufran? ¿Por qué Dios permite las enfermedades en los niños? Uno de los grandes teólogos dijo que: -Una de las armas más potentes de los ateos es el asunto del dolor. ¿Por qué Dios permite las guerras? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento de los niños? ¿Por qué Dios permite los desastres naturales? ¿Por qué mi esposo(a) me abandonó? ¿Por qué pasó esta desgracia en mi familia? ¿Por qué los países no pueden vivir en paz? Hay mil preguntas sin contestar; y, es probable iglesia, que nunca vamos a encontrar las respuestas o las razones de por qué suceden estas cosas.

Pero, Dios sí prometió (Romanos 8:28) que: los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Aunque no entendamos el por qué de las cosas, aunque no alcance nuestra mente a comprender las circunstancias, las situaciones que pasen a nuestro alrededor. Nuestra fe debe estar puesta en Dios, sabiendo que Dios sabe lo que hace. En Dios está nuestra confianza, aferrémonos a Dios.

Yo sé que muchos hemos atravesado situaciones difíciles en la vida, y que algunas situaciones han dejado cicatrices emocionales profundas. Hay cosas que nunca hemos entendido, ni las vamos a entender, los porqués de la vida. Yo me pregunté por muchos años, siendo un niño y sin conocer a Dios, ¿por qué yo no tengo padre? ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Por qué este sí tiene papá? ¿Por qué a este sí le va bien? ¿Por qué a este sí tal cosa? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué? Hay muchas cosas que Dios nos revela en el camino, durante el proceso, pero hay otras que no vamos a entender jamás. Pero, de acuerdo a este versículo: ¿Por qué tratar de entender todo lo que pasa?

Hay cosas más sencillas que la Biblia nos pide que hagamos, como, por ejemplo: Adorar a Dios en medio de todas nuestras circunstancias. Darle a Él la honra y la gloria, aún en aquellas cosas difíciles de nuestra vida ¡Bendito sea el nombre del Señor! Poder decir como dijo Job: Jehová dio Jehová quitó sea el nombre del Señor bendito. ¡Alabado sea Dios por las cosas que entendemos! ¡Alabado sea Dios por las cosas que no entendemos! ¡Bendito sea Dios por las cosas que podemos cambiar! ¡Bendito sea Dios por aquellas cosas que están fuera de nuestro alcance y que no podemos hacer nada! De cualquier manera, sea lo que sea, ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios!

Oremos al Señor: Padre querido, entendemos por tu palabra que hay muchas cosas que tú no has prometido y nosotros, como cristianos, hemos entendido mal. Reconocemos que tú no estás obligado a contestar cada petición nuestra Señor, pero también entendemos que tú eres un Padre amoroso. Entendemos por tu palabra que tú cuidas de nosotros, que si cuidas de las aves también vas a cuidar de nuestros corazones, nos vas a guiar con tu Santo Espíritu, nos vas a proveer para nuestras necesidades, nos vas a servir como escudo en momentos de aflicción y, que, aunque andemos en valle de sombra de muerte tú estarás con nosotros. Nos vas a guardar, nos vas a proteger, nos vas a cuidar, vas a cuidar nuestros pensamientos, a guardar nuestros corazones; por todas estas cosas Señor te damos la honra y la gloria, porque tú eres bueno.

Mientras todos oramos, en esta tarde, si usted me dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, yo necesito al Señor en mi alma, déjeme decirle que a través de una oración de fe usted puede invitar a Jesucristo a venir a su corazón, a venir a su vida y comenzar una vida nueva, una vida de fe. Si usted quiere recibir a Cristo en el corazón, haga esta oración conmigo y dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por haber enviado a Jesús a morir en mi lugar. Gracias por poner tu cuerpo en esa cruz. Gracias por derramar tu sangre preciosa en esa cruz. En este día te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.

Señor te damos gracias por este día, gracias por tu palabra que nos abre el entendimiento y que nos ayuda a comprender cosas, que a veces no son tan sencillas para nosotros asimilarlas. Bendice a tu pueblo. Oramos por aquellas personas que están atravesando momentos difíciles y que se les hace complicado entender por qué están pasando por esta prueba. Oramos Señor, que puedas llenar nuestros corazones de contentamiento, de paz y de esperanza en Cristo Jesús, Amén y amén.

Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos.

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Cosas que Dios nunca prometio

Septiembre 29, 2024 – 2:00PM | Josue 21:45 | Dr. David Rodríguez

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TRANSCRIPCIÓN

Vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de Josué. Me gustaría que leamos juntos la palabra de Dios. El estudio de esta tarde se llama: Cosas que Dios nunca prometió. Lo que Dios promete lo cumple, ¿por qué? Porque Dios no miente.

Josué 21:45 (RV-60): No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Oremos: Padre bendice el mensaje de esta hora en nuestros corazones. Señor danos entendimiento. Ayúdanos, Espíritu Santo, a comprender tus verdades; en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.

Todo lo que Dios promete, Dios lo cumple; ¿por qué? Porque Dios no miente.

Desde Génesis, Dios prometió a un Redentor y mandó a Jesús. Le dijo a Noé: -Voy a mandar un diluvio. Y lo mandó. -Voy a destruir todo ser viviente porque hay mucha maldad, y lo hizo. -Te voy a salvar a ti y a tu familia, y los salvó. Le dijo a Abraham que iba a tener un hijo en su vejez, y se lo dio. Le dijo a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo, del firmamento, como la arena del mar, y así lo hizo. Le dijo Isaac que las promesas hechas a su padre también serían de él, y así lo hizo. Prometió bendecir a Jacob y hasta le cambió el nombre por Israel. Le dijo a Moisés: -Voy a liberar al pueblo de Egipto, y, ¿qué pasó? Lo liberó. Le dijo a Faraón: -Se va a morir tu hijo, y así lo hizo. Le dijo a Moisés: -Vas a ver la tierra prometida, pero no vas a entrar en ella, ¿y qué pasó?, así sucedió. Le dijo a Josué: -Te voy a entregar la tierra de Canaán, y se la entregó. Le dijo al pueblo de Israel: -Si se portan mal, los voy a castigar. ¿Qué hizo? Los castigó. Dios le dijo a Elí: -Tus hijos se van a morir porque no los has estorbado, y se murieron. Le dijo al rey David: -Te prometo establecer tu reino para siempre, a través de Jesucristo, y así lo hizo. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Dios nos ha prometido muchas cosas, muchas cosas, ¿diga usted? ¡Sí, amen! Así es. Por ejemplo: nos ha prometido salvación, y nos ha salvado por la gracia y misericordia del Señor. Perdón de nuestros pecados, y nos ha perdonado. Lavarnos con la sangre de Cristo, y nos ha lavado. Ser nuevas criaturas, y Dios lo ha hecho. Ser templo del Espíritu Santo. Dios nos ha prometido: ser libres de las tinieblas. Nos ha prometido: redimirnos de la maldición de la ley. Nos prometió: bendecirnos para siempre en Jesucristo. Nos prometió: ser cabeza y no cola. Nos prometió: su presencia. Nos prometió: que seríamos santos y sin culpa delante de Él. Nos prometió: estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y así lo ha hecho. Nos prometió: ser libres de la muerte eterna. Nos prometió: ser justificados por su gracia. Nos dijo que: en Cristo seríamos más que vencedores y así lo ha hecho. Nos ha dicho que: seremos coherederos con Cristo de la gloria. Nos dijo que: seríamos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que seríamos aceptos en el amado, que seríamos libres de toda condenación, que tendríamos acceso al Padre por medio del Espíritu Santo, que hemos vencido al mundo. Nos dice que: tenemos vida eterna. Nos ha dicho que: tenemos la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. Nos dice que: todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza. Nos ha dicho que: mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Ha prometido: santificarnos. Prometió que: el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Ha prometido que: el bien y la misericordia de Jehová nos seguirán todos los días de nuestra vida. Lo que Dios promete, Dios lo cumple, amén.

Muchos creyentes han entendido mal las promesas de Dios. Yo quiero que Dios nos hable el corazón en esto. Existe una variedad de situaciones que hemos vivido, por la que muchas personas han atravesado; y, la manera cómo se reacciona ante las circunstancias de la vida, da la impresión que hemos entendido mal las promesas del Señor.

Yo entiendo que las promesas de Dios mantienen nuestra fe, que las promesas de Dios nos dan esperanza, que las promesas de Dios nos dan fuerzas para seguir; sin embargo, hay muchos cristianos que están decepcionados, que están desilusionados, frustrados, y dudando de Dios. ¿Por qué? Porque creen que Dios tiene la obligación de contestarnos todas las oraciones. ¡Oh, a mí Dios no me contesta, a mí Dios no me oye, a mí Dios no me escucha! ¿Para qué voy a la iglesia? ¿Para qué voy a orar? ¿Para qué voy a ofrendar? ¿Para qué voy a hacer esto, para qué, si Dios está lejos de mí? Dios no me pone atención.

Quiero que entienda que en la Biblia hay muchas oraciones específicas, pero también hay principios de vida. Dios no va a tratar de la misma manera a sus hijos, aunque sean esposos; somos hijos individuales del Señor. Piense por un instante conmigo, usted tiene hijos y trata a uno diferente de otros, por una variedad de motivos; y no es que tengamos un hijo favorito. No es que sea favorito, es hay principios de vida, y los tratamos diferentes porque conocemos como son. Dios nos conoce muy bien. No podemos tomar las promesas de Dios fuera de contexto. No hay ningún versículo en la Biblia que diga que Dios nos va a contestar todas nuestras oraciones, al contrario.

Santiago 4: 3(RV-60): Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Santiago 4:3 (NTV): Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que le dará placer. Dios no tiene la obligación de darnos todo lo que nosotros pedimos, porque algunas cosas no serían para nuestro propio beneficio.

Algunas cosas que Dios nunca prometió:

  1. Dios nunca prometió una vida sin problemas.

¿Hay alguien aquí que no tenga, aunque sea un problema pequeñito? Yo escuché a pastores, a lo largo de mi vida cristiana, decir: Entréguele su vida a Dios y todos sus problemas van a desaparecer. No es cierto, no es cierto. ¡Cuidado con esos predicadores que ofrecen cosas que Dios nunca ha ofrecido! Al contrario, Jesús dijo (Lucas 9:23): Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. La cruz es símbolo de sacrificio, la cruz es símbolo de muerte.

Jesús dijo (Juan 15:20): Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Los problemas son parte de la vida, no existe una vida cristiana sin problemas. Dios nunca prometió semejante cosa. Dios sí prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué quiere decir? Que sus problemas usted no los va a resolver solo, que Dios le ayuda, Dios está ahí con usted.

Hebreos 13:5 (RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Isaías 41:10 (RV-60): No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 40:31 (RV-60): pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

Aférrese a Dios, confíe en Dios, espere en Dios. Usted no está solo. ¿Una vida sin problemas? Mentira, todos tenemos problemas; pero, Dios te dice: -Aquí estoy yo para ayudarte, no estás solo, aférrate a mí, ten fe, juntos vamos a salir adelante. Aún en medio de la tempestad más grande, Dios estaba ahí con sus discípulos, es cuestión de confiar.

En mi país hay una expresión que se dice: no se ajolote, que significa: sea tranquilo, confíe en Dios, espere en el Señor. Dios no ha perdido nunca una batalla hermanos. Si tiene dificultad, espere en el Señor, ponga su fe y su confianza en Dios. Todos los milagros en la vida comienzan con un problema. En todos los problemas que hemos tenido, ahí ha estado el Señor; y el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, fue el problema que estábamos viviendo el que suavizó más nuestro corazón, fue el que nos permitió entregarle nuestra vida al Señor.

  1. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material.

¿Es la voluntad de Dios que todos los cristianos seamos ricos? ¿Usted cree que Jesús tenía riquezas, que era millonario?

Mateo 8: 20 (RV-60): Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.

Yo he escuchado a predicadores decir: Si Jesús viviera en nuestros tiempos él anduviera en un Ferrari, en un Lamborghini o en un Bugatti Mistral. Jesús pudo haber nacido en un Palacio, en un castillo, sin embargo, nació en un pesebre iglesia. La barca donde se subía Jesús para predicar no era de Él, era de Pedro, era prestada. La casa donde se hospedaba era de Pedro.

El regalo más grande, la riqueza más grande, de un creyente es la persona de Cristo, el Hijo de Dios. La salvación; el reino de Dios es el futuro más grande de un creyente, la casa del Padre.

Las riquezas no son malas y se usan sabiamente para bendecir el reino de Dios, pero; sin embargo, es importante entender que las riquezas siguen siendo el principio de todos los males, ¿sí o no? (1Tomoteo 6:10) La raíz de todos los males es el amor el amor al dinero.

Si usted es una persona que está orgullosa de lo que posee y no bendice el reino de Dios, la verdad es: que usted no posee nada: porque el día que se vaya de aquí se va a ir sin nada. Y no solo eso, si usted modeló el camino para sus hijos, también está dejando a sus hijos con el corazón vacío, las manos pueden estar llenas pero el corazón vacío. Jesús dijo (Lucas 18:15): Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Eso significa que las riquezas son gran son un gran obstáculo para muchas personas.

Las personas que venimos a estas partes del mundo tenemos un carro, pero queremos un mejor carro. Tenemos una casa, pero queremos una mejor casa. Pastor y, ¿qué hay de malo con eso? Nada de malo con eso, siempre y cuándo usted le dé a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. El problema es que, después de un tiempo viviendo en estos países, le damos a César lo que es de César y también le damos a César lo que le pertenece a Dios; y a la vuelta de un tiempo tenemos vidas vacías y separadas de Dios; cuando el evangelio de Jesucristo es el regalo más grande, la riqueza más grande que podamos tener. Él es, la perla de gran precio. Él es el tesoro escondido.

¿Usted cree que el apóstol Pablo por haber escrito 13 o 14 epístolas era un hombre millonario?

Filipenses 4:11-12(RV-60): 11No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Es decir, Dios no nos ha prometido riquezas, ni prosperidad material, se pueden obtener siempre y cuando, seamos sabios.

Lo que sí prometió Dios es una cosa: Dios ha prometido suplir nuestras necesidades.

Filipenses 4:19 (Rv-60): Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Hebreos 13:5(RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. ¿Está contento usted con lo que tiene?

1 Timoteo 6:8(RV-60): Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Cristo es la más grande posesión, el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que tiene a Cristo, no le falta nada.

Si pudiéramos apegarnos a Dios, si pudiéramos apegarnos al evangelio, al Señor Jesucristo, entonces vamos a encontrar el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio; en Cristo tienes todas las cosas.

El Banco Mundial reportó un estudio, en 2022, preparado por la IPL (International Proverty Line) dice que la mitad de la población del mundo (eso es más o menos unos 4 mil millones de personas) viven con $6.85 al día, quiere decir que no alcanzaría ni siquiera para un simple Starbucks; eso es $205 al mes. De esa mitad del mundo, 648 millones en el mundo, viven con $1 al día. Si usted tiene un par de pantalones, dos o tres pares de zapatos usted está considerada como una persona rica en este mundo. Si tiene un carro usted es una persona rica.

La economía, por definición, no se puede resolver en este mundo. Jesús dijo (Marcos 14:7): Siempre tendréis a los pobres con vosotros. Se ha comprobado que, si los magnates más grandes de este mundo distribuyeran sus riquezas entre todos los pobres de la humanidad, solamente nos tomarían seis meses para volver a tener pobres; porque la riqueza no está en poseer, está en saber administrar. La pobreza la posee mucha gente en la mente y en el corazón. Ser rico no es malo, tener riqueza no es malo, tener abundancia no es malo, disfrutar lo que se tiene no es malo, es una bendición de Dios, siempre y cuando; usted entienda los principios bíblicos: “que lo que yo tengo es, porque el Señor me lo ha dado. Lo que yo tengo, sigue siendo de Él, que yo solamente soy un mayordomo, un administrador. Mientras yo esté aquí en esta tierra, puedo administrar mi empresa, mis negocios, puedo administrar todo lo que yo tengo, pero, con una mentalidad de reino. No me puedo olvidar que de Él proviene todo y, entender claramente que, el día que yo me vaya no me voy a llevar nada. Debo dejarles a mis hijos los principios fundamentales, más grandes, que tienen que ver con el reino de Dios, cómo funciona el reino del Señor”.

  1. Dios nunca prometió un mundo bueno.

Al contrario, hermanos.

Génesis 6: 5 (RV-60): Y vio Jehová mire usted que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designo de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Génesis 6:13 (RV-60): Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Igual que hoy, amados míos, igual que ahora, llena de violencia.

Desde la creación, el hombre ha manifestado su maldad y su desobediencia. Caín terminó matando a su propio hermano. José imploró para que sus hermanos no lo metieran a la cisterna. Siquem violó a Dina, la hija de Jacob. Jezabel terminó matando a Nabot, para robarle la viña y dársela a su esposo el rey Acab. Saúl recorrió todos los desiertos de Judea para matar a David. El rey David mandó a matar a Urías heteo para quedarse con su mujer Betsabé. Amnón violó a su propia hermana. Y la lista es interminable, Dios nunca prometió un mundo bueno, ¿por qué? Porque la maldad está en el corazón del hombre.

Hoy en día tenemos un caso criminal, abominable, en los Estados Unidos que involucra una gran cantidad de artistas reconocidos de Hollywood, una maldad increíble; y ¿sabe qué? Son artistas que nosotros veneramos, son artistas que algunos idolatran, son artistas que los tenemos muy, muy, arriba en nuestra manera de ver el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que en el mundo mueren 4.4 millones de personas por actos de violencia en el año, ¿sabe qué significa eso? Al mes son 400 mil personas, al día serían más de 12 mil personas. Vivimos en un mundo malo.

Los ateos han llegado a cuatro conclusiones: 1. Dios no es un Dios de amor. 2. Dios es un Dios indiferente al sufrimiento humano. 3. Dios no tiene poder, porque no puede resolver las cosas que pasan en la tierra. 4. Si Dios fuera perfecto hubiera creado a un mundo perfecto. Esa es una manera bien secular de ver la las cosas, porque esta gente no entiende que la maldad sigue en el corazón. Dios destruyó todo lo que existía en el tiempo de Noé, pero en el corazón de Noé, sus hijos y sus hijas, había quedado todavía la maldad. Y esa maldad pasó a todos los hombres. La Biblia dice que el mundo entero se encuentra bajo el maligno, la maldad está en el corazón del hombre.

Entendemos que no todas las personas son malas, pero si hay mucha gente mala. No todas las personas que se nos acercan lo hacen con las mejores intenciones, de tal manera que: Dios nunca nos prometió vivir en un mundo bueno. Vivimos en un mundo de maldad.

¿Qué nos prometió Dios? Dios si prometió guardarnos del mal.

Juan 17:15 (RV-60): No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Mi querido y amado hermano, usted sabe muy bien que en este mundo hay injusticias, que en este mundo hay traiciones, que en este mundo hay gente que paga mal por bien, que en este mundo hay testigos falsos, que hay personas que hablan mentiras, que hay ladrones, ese es el mundo que vivimos un mundo malo.

Jesús nos dijo en Mateo 10:16 (RV-60): He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Mateo 10:16 (TLA): El trabajo que yo los envío a hacer es peligroso. es como enviar ovejas a un lugar lleno de lobos. Por eso, sean listos y estén atentos como las serpientes, pero sean también humildes, como las palomas.

Dios nunca nos prometió una vida sin problemas, pero sí prometió no dejarnos solos. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material, pero sí prometió suplir nuestras necesidades. Dios nunca prometió un mundo bueno, libre de maldad, lo que sí prometió Dios es guardarnos del mal.

  1. Dios nunca prometió que vamos a entender todas las cosas que pasan en nuestra vida.

Proverbios 20:24 (NTV): El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?

¿Por qué Dios permite el dolor? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? ¿Por qué Dios permite la muerte? ¿Por qué Dios permite que personas inocentes sufran? ¿Por qué Dios permite las enfermedades en los niños? Uno de los grandes teólogos dijo que: -Una de las armas más potentes de los ateos es el asunto del dolor. ¿Por qué Dios permite las guerras? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento de los niños? ¿Por qué Dios permite los desastres naturales? ¿Por qué mi esposo(a) me abandonó? ¿Por qué pasó esta desgracia en mi familia? ¿Por qué los países no pueden vivir en paz? Hay mil preguntas sin contestar; y, es probable iglesia, que nunca vamos a encontrar las respuestas o las razones de por qué suceden estas cosas.

Pero, Dios sí prometió (Romanos 8:28) que: los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Aunque no entendamos el por qué de las cosas, aunque no alcance nuestra mente a comprender las circunstancias, las situaciones que pasen a nuestro alrededor. Nuestra fe debe estar puesta en Dios, sabiendo que Dios sabe lo que hace. En Dios está nuestra confianza, aferrémonos a Dios.

Yo sé que muchos hemos atravesado situaciones difíciles en la vida, y que algunas situaciones han dejado cicatrices emocionales profundas. Hay cosas que nunca hemos entendido, ni las vamos a entender, los porqués de la vida. Yo me pregunté por muchos años, siendo un niño y sin conocer a Dios, ¿por qué yo no tengo padre? ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Por qué este sí tiene papá? ¿Por qué a este sí le va bien? ¿Por qué a este sí tal cosa? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué? Hay muchas cosas que Dios nos revela en el camino, durante el proceso, pero hay otras que no vamos a entender jamás. Pero, de acuerdo a este versículo: ¿Por qué tratar de entender todo lo que pasa?

Hay cosas más sencillas que la Biblia nos pide que hagamos, como, por ejemplo: Adorar a Dios en medio de todas nuestras circunstancias. Darle a Él la honra y la gloria, aún en aquellas cosas difíciles de nuestra vida ¡Bendito sea el nombre del Señor! Poder decir como dijo Job: Jehová dio Jehová quitó sea el nombre del Señor bendito. ¡Alabado sea Dios por las cosas que entendemos! ¡Alabado sea Dios por las cosas que no entendemos! ¡Bendito sea Dios por las cosas que podemos cambiar! ¡Bendito sea Dios por aquellas cosas que están fuera de nuestro alcance y que no podemos hacer nada! De cualquier manera, sea lo que sea, ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios!

Oremos al Señor: Padre querido, entendemos por tu palabra que hay muchas cosas que tú no has prometido y nosotros, como cristianos, hemos entendido mal. Reconocemos que tú no estás obligado a contestar cada petición nuestra Señor, pero también entendemos que tú eres un Padre amoroso. Entendemos por tu palabra que tú cuidas de nosotros, que si cuidas de las aves también vas a cuidar de nuestros corazones, nos vas a guiar con tu Santo Espíritu, nos vas a proveer para nuestras necesidades, nos vas a servir como escudo en momentos de aflicción y, que, aunque andemos en valle de sombra de muerte tú estarás con nosotros. Nos vas a guardar, nos vas a proteger, nos vas a cuidar, vas a cuidar nuestros pensamientos, a guardar nuestros corazones; por todas estas cosas Señor te damos la honra y la gloria, porque tú eres bueno.

Mientras todos oramos, en esta tarde, si usted me dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, yo necesito al Señor en mi alma, déjeme decirle que a través de una oración de fe usted puede invitar a Jesucristo a venir a su corazón, a venir a su vida y comenzar una vida nueva, una vida de fe. Si usted quiere recibir a Cristo en el corazón, haga esta oración conmigo y dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por haber enviado a Jesús a morir en mi lugar. Gracias por poner tu cuerpo en esa cruz. Gracias por derramar tu sangre preciosa en esa cruz. En este día te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.

Señor te damos gracias por este día, gracias por tu palabra que nos abre el entendimiento y que nos ayuda a comprender cosas, que a veces no son tan sencillas para nosotros asimilarlas. Bendice a tu pueblo. Oramos por aquellas personas que están atravesando momentos difíciles y que se les hace complicado entender por qué están pasando por esta prueba. Oramos Señor, que puedas llenar nuestros corazones de contentamiento, de paz y de esperanza en Cristo Jesús, Amén y amén.

Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos.


Cosas que Dios nunca prometio


Septiembre 29, 2024 – 2:00PM | Josue 21:45 | Dr. David Rodríguez

Etiquetas: josue, pastor david rodriguez, septiembre 2024, transcripcion

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TRANSCRIPCIÓN

Vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de Josué. Me gustaría que leamos juntos la palabra de Dios. El estudio de esta tarde se llama: Cosas que Dios nunca prometió. Lo que Dios promete lo cumple, ¿por qué? Porque Dios no miente.

Josué 21:45 (RV-60): No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Oremos: Padre bendice el mensaje de esta hora en nuestros corazones. Señor danos entendimiento. Ayúdanos, Espíritu Santo, a comprender tus verdades; en el nombre de Jesús te lo pedimos, amén.

Todo lo que Dios promete, Dios lo cumple; ¿por qué? Porque Dios no miente.

Desde Génesis, Dios prometió a un Redentor y mandó a Jesús. Le dijo a Noé: -Voy a mandar un diluvio. Y lo mandó. -Voy a destruir todo ser viviente porque hay mucha maldad, y lo hizo. -Te voy a salvar a ti y a tu familia, y los salvó. Le dijo a Abraham que iba a tener un hijo en su vejez, y se lo dio. Le dijo a Abraham que su descendencia sería como las estrellas del cielo, del firmamento, como la arena del mar, y así lo hizo. Le dijo Isaac que las promesas hechas a su padre también serían de él, y así lo hizo. Prometió bendecir a Jacob y hasta le cambió el nombre por Israel. Le dijo a Moisés: -Voy a liberar al pueblo de Egipto, y, ¿qué pasó? Lo liberó. Le dijo a Faraón: -Se va a morir tu hijo, y así lo hizo. Le dijo a Moisés: -Vas a ver la tierra prometida, pero no vas a entrar en ella, ¿y qué pasó?, así sucedió. Le dijo a Josué: -Te voy a entregar la tierra de Canaán, y se la entregó. Le dijo al pueblo de Israel: -Si se portan mal, los voy a castigar. ¿Qué hizo? Los castigó. Dios le dijo a Elí: -Tus hijos se van a morir porque no los has estorbado, y se murieron. Le dijo al rey David: -Te prometo establecer tu reino para siempre, a través de Jesucristo, y así lo hizo. Todo lo que Dios promete, lo cumple.

Dios nos ha prometido muchas cosas, muchas cosas, ¿diga usted? ¡Sí, amen! Así es. Por ejemplo: nos ha prometido salvación, y nos ha salvado por la gracia y misericordia del Señor. Perdón de nuestros pecados, y nos ha perdonado. Lavarnos con la sangre de Cristo, y nos ha lavado. Ser nuevas criaturas, y Dios lo ha hecho. Ser templo del Espíritu Santo. Dios nos ha prometido: ser libres de las tinieblas. Nos ha prometido: redimirnos de la maldición de la ley. Nos prometió: bendecirnos para siempre en Jesucristo. Nos prometió: ser cabeza y no cola. Nos prometió: su presencia. Nos prometió: que seríamos santos y sin culpa delante de Él. Nos prometió: estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y así lo ha hecho. Nos prometió: ser libres de la muerte eterna. Nos prometió: ser justificados por su gracia. Nos dijo que: en Cristo seríamos más que vencedores y así lo ha hecho. Nos ha dicho que: seremos coherederos con Cristo de la gloria. Nos dijo que: seríamos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que seríamos aceptos en el amado, que seríamos libres de toda condenación, que tendríamos acceso al Padre por medio del Espíritu Santo, que hemos vencido al mundo. Nos dice que: tenemos vida eterna. Nos ha dicho que: tenemos la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. Nos dice que: todo lo podemos en Cristo que nos da la fuerza. Nos ha dicho que: mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo. Ha prometido: santificarnos. Prometió que: el que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Ha prometido que: el bien y la misericordia de Jehová nos seguirán todos los días de nuestra vida. Lo que Dios promete, Dios lo cumple, amén.

Muchos creyentes han entendido mal las promesas de Dios. Yo quiero que Dios nos hable el corazón en esto. Existe una variedad de situaciones que hemos vivido, por la que muchas personas han atravesado; y, la manera cómo se reacciona ante las circunstancias de la vida, da la impresión que hemos entendido mal las promesas del Señor.

Yo entiendo que las promesas de Dios mantienen nuestra fe, que las promesas de Dios nos dan esperanza, que las promesas de Dios nos dan fuerzas para seguir; sin embargo, hay muchos cristianos que están decepcionados, que están desilusionados, frustrados, y dudando de Dios. ¿Por qué? Porque creen que Dios tiene la obligación de contestarnos todas las oraciones. ¡Oh, a mí Dios no me contesta, a mí Dios no me oye, a mí Dios no me escucha! ¿Para qué voy a la iglesia? ¿Para qué voy a orar? ¿Para qué voy a ofrendar? ¿Para qué voy a hacer esto, para qué, si Dios está lejos de mí? Dios no me pone atención.

Quiero que entienda que en la Biblia hay muchas oraciones específicas, pero también hay principios de vida. Dios no va a tratar de la misma manera a sus hijos, aunque sean esposos; somos hijos individuales del Señor. Piense por un instante conmigo, usted tiene hijos y trata a uno diferente de otros, por una variedad de motivos; y no es que tengamos un hijo favorito. No es que sea favorito, es hay principios de vida, y los tratamos diferentes porque conocemos como son. Dios nos conoce muy bien. No podemos tomar las promesas de Dios fuera de contexto. No hay ningún versículo en la Biblia que diga que Dios nos va a contestar todas nuestras oraciones, al contrario.

Santiago 4: 3(RV-60): Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.

Santiago 4:3 (NTV): Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que le dará placer. Dios no tiene la obligación de darnos todo lo que nosotros pedimos, porque algunas cosas no serían para nuestro propio beneficio.

Algunas cosas que Dios nunca prometió:

  1. Dios nunca prometió una vida sin problemas.

¿Hay alguien aquí que no tenga, aunque sea un problema pequeñito? Yo escuché a pastores, a lo largo de mi vida cristiana, decir: Entréguele su vida a Dios y todos sus problemas van a desaparecer. No es cierto, no es cierto. ¡Cuidado con esos predicadores que ofrecen cosas que Dios nunca ha ofrecido! Al contrario, Jesús dijo (Lucas 9:23): Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. La cruz es símbolo de sacrificio, la cruz es símbolo de muerte.

Jesús dijo (Juan 15:20): Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Los problemas son parte de la vida, no existe una vida cristiana sin problemas. Dios nunca prometió semejante cosa. Dios sí prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. ¿Qué quiere decir? Que sus problemas usted no los va a resolver solo, que Dios le ayuda, Dios está ahí con usted.

Hebreos 13:5 (RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Isaías 41:10 (RV-60): No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

Isaías 40:31 (RV-60): pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.

Aférrese a Dios, confíe en Dios, espere en Dios. Usted no está solo. ¿Una vida sin problemas? Mentira, todos tenemos problemas; pero, Dios te dice: -Aquí estoy yo para ayudarte, no estás solo, aférrate a mí, ten fe, juntos vamos a salir adelante. Aún en medio de la tempestad más grande, Dios estaba ahí con sus discípulos, es cuestión de confiar.

En mi país hay una expresión que se dice: no se ajolote, que significa: sea tranquilo, confíe en Dios, espere en el Señor. Dios no ha perdido nunca una batalla hermanos. Si tiene dificultad, espere en el Señor, ponga su fe y su confianza en Dios. Todos los milagros en la vida comienzan con un problema. En todos los problemas que hemos tenido, ahí ha estado el Señor; y el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, fue el problema que estábamos viviendo el que suavizó más nuestro corazón, fue el que nos permitió entregarle nuestra vida al Señor.

  1. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material.

¿Es la voluntad de Dios que todos los cristianos seamos ricos? ¿Usted cree que Jesús tenía riquezas, que era millonario?

Mateo 8: 20 (RV-60): Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; más el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.

Yo he escuchado a predicadores decir: Si Jesús viviera en nuestros tiempos él anduviera en un Ferrari, en un Lamborghini o en un Bugatti Mistral. Jesús pudo haber nacido en un Palacio, en un castillo, sin embargo, nació en un pesebre iglesia. La barca donde se subía Jesús para predicar no era de Él, era de Pedro, era prestada. La casa donde se hospedaba era de Pedro.

El regalo más grande, la riqueza más grande, de un creyente es la persona de Cristo, el Hijo de Dios. La salvación; el reino de Dios es el futuro más grande de un creyente, la casa del Padre.

Las riquezas no son malas y se usan sabiamente para bendecir el reino de Dios, pero; sin embargo, es importante entender que las riquezas siguen siendo el principio de todos los males, ¿sí o no? (1Tomoteo 6:10) La raíz de todos los males es el amor el amor al dinero.

Si usted es una persona que está orgullosa de lo que posee y no bendice el reino de Dios, la verdad es: que usted no posee nada: porque el día que se vaya de aquí se va a ir sin nada. Y no solo eso, si usted modeló el camino para sus hijos, también está dejando a sus hijos con el corazón vacío, las manos pueden estar llenas pero el corazón vacío. Jesús dijo (Lucas 18:15): Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios. Eso significa que las riquezas son gran son un gran obstáculo para muchas personas.

Las personas que venimos a estas partes del mundo tenemos un carro, pero queremos un mejor carro. Tenemos una casa, pero queremos una mejor casa. Pastor y, ¿qué hay de malo con eso? Nada de malo con eso, siempre y cuándo usted le dé a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César. El problema es que, después de un tiempo viviendo en estos países, le damos a César lo que es de César y también le damos a César lo que le pertenece a Dios; y a la vuelta de un tiempo tenemos vidas vacías y separadas de Dios; cuando el evangelio de Jesucristo es el regalo más grande, la riqueza más grande que podamos tener. Él es, la perla de gran precio. Él es el tesoro escondido.

¿Usted cree que el apóstol Pablo por haber escrito 13 o 14 epístolas era un hombre millonario?

Filipenses 4:11-12(RV-60): 11No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. 12Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Es decir, Dios no nos ha prometido riquezas, ni prosperidad material, se pueden obtener siempre y cuando, seamos sabios.

Lo que sí prometió Dios es una cosa: Dios ha prometido suplir nuestras necesidades.

Filipenses 4:19 (Rv-60): Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

Hebreos 13:5(RV-60): Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré. ¿Está contento usted con lo que tiene?

1 Timoteo 6:8(RV-60): Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. Cristo es la más grande posesión, el que tiene a Cristo lo tiene todo. El que tiene a Cristo, no le falta nada.

Si pudiéramos apegarnos a Dios, si pudiéramos apegarnos al evangelio, al Señor Jesucristo, entonces vamos a encontrar el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, dominio propio; en Cristo tienes todas las cosas.

El Banco Mundial reportó un estudio, en 2022, preparado por la IPL (International Proverty Line) dice que la mitad de la población del mundo (eso es más o menos unos 4 mil millones de personas) viven con $6.85 al día, quiere decir que no alcanzaría ni siquiera para un simple Starbucks; eso es $205 al mes. De esa mitad del mundo, 648 millones en el mundo, viven con $1 al día. Si usted tiene un par de pantalones, dos o tres pares de zapatos usted está considerada como una persona rica en este mundo. Si tiene un carro usted es una persona rica.

La economía, por definición, no se puede resolver en este mundo. Jesús dijo (Marcos 14:7): Siempre tendréis a los pobres con vosotros. Se ha comprobado que, si los magnates más grandes de este mundo distribuyeran sus riquezas entre todos los pobres de la humanidad, solamente nos tomarían seis meses para volver a tener pobres; porque la riqueza no está en poseer, está en saber administrar. La pobreza la posee mucha gente en la mente y en el corazón. Ser rico no es malo, tener riqueza no es malo, tener abundancia no es malo, disfrutar lo que se tiene no es malo, es una bendición de Dios, siempre y cuando; usted entienda los principios bíblicos: “que lo que yo tengo es, porque el Señor me lo ha dado. Lo que yo tengo, sigue siendo de Él, que yo solamente soy un mayordomo, un administrador. Mientras yo esté aquí en esta tierra, puedo administrar mi empresa, mis negocios, puedo administrar todo lo que yo tengo, pero, con una mentalidad de reino. No me puedo olvidar que de Él proviene todo y, entender claramente que, el día que yo me vaya no me voy a llevar nada. Debo dejarles a mis hijos los principios fundamentales, más grandes, que tienen que ver con el reino de Dios, cómo funciona el reino del Señor”.

  1. Dios nunca prometió un mundo bueno.

Al contrario, hermanos.

Génesis 6: 5 (RV-60): Y vio Jehová mire usted que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designo de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

Génesis 6:13 (RV-60): Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Igual que hoy, amados míos, igual que ahora, llena de violencia.

Desde la creación, el hombre ha manifestado su maldad y su desobediencia. Caín terminó matando a su propio hermano. José imploró para que sus hermanos no lo metieran a la cisterna. Siquem violó a Dina, la hija de Jacob. Jezabel terminó matando a Nabot, para robarle la viña y dársela a su esposo el rey Acab. Saúl recorrió todos los desiertos de Judea para matar a David. El rey David mandó a matar a Urías heteo para quedarse con su mujer Betsabé. Amnón violó a su propia hermana. Y la lista es interminable, Dios nunca prometió un mundo bueno, ¿por qué? Porque la maldad está en el corazón del hombre.

Hoy en día tenemos un caso criminal, abominable, en los Estados Unidos que involucra una gran cantidad de artistas reconocidos de Hollywood, una maldad increíble; y ¿sabe qué? Son artistas que nosotros veneramos, son artistas que algunos idolatran, son artistas que los tenemos muy, muy, arriba en nuestra manera de ver el mundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que en el mundo mueren 4.4 millones de personas por actos de violencia en el año, ¿sabe qué significa eso? Al mes son 400 mil personas, al día serían más de 12 mil personas. Vivimos en un mundo malo.

Los ateos han llegado a cuatro conclusiones: 1. Dios no es un Dios de amor. 2. Dios es un Dios indiferente al sufrimiento humano. 3. Dios no tiene poder, porque no puede resolver las cosas que pasan en la tierra. 4. Si Dios fuera perfecto hubiera creado a un mundo perfecto. Esa es una manera bien secular de ver la las cosas, porque esta gente no entiende que la maldad sigue en el corazón. Dios destruyó todo lo que existía en el tiempo de Noé, pero en el corazón de Noé, sus hijos y sus hijas, había quedado todavía la maldad. Y esa maldad pasó a todos los hombres. La Biblia dice que el mundo entero se encuentra bajo el maligno, la maldad está en el corazón del hombre.

Entendemos que no todas las personas son malas, pero si hay mucha gente mala. No todas las personas que se nos acercan lo hacen con las mejores intenciones, de tal manera que: Dios nunca nos prometió vivir en un mundo bueno. Vivimos en un mundo de maldad.

¿Qué nos prometió Dios? Dios si prometió guardarnos del mal.

Juan 17:15 (RV-60): No te ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Mi querido y amado hermano, usted sabe muy bien que en este mundo hay injusticias, que en este mundo hay traiciones, que en este mundo hay gente que paga mal por bien, que en este mundo hay testigos falsos, que hay personas que hablan mentiras, que hay ladrones, ese es el mundo que vivimos un mundo malo.

Jesús nos dijo en Mateo 10:16 (RV-60): He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

Mateo 10:16 (TLA): El trabajo que yo los envío a hacer es peligroso. es como enviar ovejas a un lugar lleno de lobos. Por eso, sean listos y estén atentos como las serpientes, pero sean también humildes, como las palomas.

Dios nunca nos prometió una vida sin problemas, pero sí prometió no dejarnos solos. Dios nunca prometió riquezas y prosperidad material, pero sí prometió suplir nuestras necesidades. Dios nunca prometió un mundo bueno, libre de maldad, lo que sí prometió Dios es guardarnos del mal.

  1. Dios nunca prometió que vamos a entender todas las cosas que pasan en nuestra vida.

Proverbios 20:24 (NTV): El SEÑOR dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?

¿Por qué Dios permite el dolor? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento? ¿Por qué Dios permite la muerte? ¿Por qué Dios permite que personas inocentes sufran? ¿Por qué Dios permite las enfermedades en los niños? Uno de los grandes teólogos dijo que: -Una de las armas más potentes de los ateos es el asunto del dolor. ¿Por qué Dios permite las guerras? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento de los niños? ¿Por qué Dios permite los desastres naturales? ¿Por qué mi esposo(a) me abandonó? ¿Por qué pasó esta desgracia en mi familia? ¿Por qué los países no pueden vivir en paz? Hay mil preguntas sin contestar; y, es probable iglesia, que nunca vamos a encontrar las respuestas o las razones de por qué suceden estas cosas.

Pero, Dios sí prometió (Romanos 8:28) que: los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Aunque no entendamos el por qué de las cosas, aunque no alcance nuestra mente a comprender las circunstancias, las situaciones que pasen a nuestro alrededor. Nuestra fe debe estar puesta en Dios, sabiendo que Dios sabe lo que hace. En Dios está nuestra confianza, aferrémonos a Dios.

Yo sé que muchos hemos atravesado situaciones difíciles en la vida, y que algunas situaciones han dejado cicatrices emocionales profundas. Hay cosas que nunca hemos entendido, ni las vamos a entender, los porqués de la vida. Yo me pregunté por muchos años, siendo un niño y sin conocer a Dios, ¿por qué yo no tengo padre? ¿Por qué estas cosas me pasan a mí? ¿Por qué este sí tiene papá? ¿Por qué a este sí le va bien? ¿Por qué a este sí tal cosa? ¿Por qué, por qué, por qué, por qué? Hay muchas cosas que Dios nos revela en el camino, durante el proceso, pero hay otras que no vamos a entender jamás. Pero, de acuerdo a este versículo: ¿Por qué tratar de entender todo lo que pasa?

Hay cosas más sencillas que la Biblia nos pide que hagamos, como, por ejemplo: Adorar a Dios en medio de todas nuestras circunstancias. Darle a Él la honra y la gloria, aún en aquellas cosas difíciles de nuestra vida ¡Bendito sea el nombre del Señor! Poder decir como dijo Job: Jehová dio Jehová quitó sea el nombre del Señor bendito. ¡Alabado sea Dios por las cosas que entendemos! ¡Alabado sea Dios por las cosas que no entendemos! ¡Bendito sea Dios por las cosas que podemos cambiar! ¡Bendito sea Dios por aquellas cosas que están fuera de nuestro alcance y que no podemos hacer nada! De cualquier manera, sea lo que sea, ¡Bendito sea el nombre de nuestro Dios!

Oremos al Señor: Padre querido, entendemos por tu palabra que hay muchas cosas que tú no has prometido y nosotros, como cristianos, hemos entendido mal. Reconocemos que tú no estás obligado a contestar cada petición nuestra Señor, pero también entendemos que tú eres un Padre amoroso. Entendemos por tu palabra que tú cuidas de nosotros, que si cuidas de las aves también vas a cuidar de nuestros corazones, nos vas a guiar con tu Santo Espíritu, nos vas a proveer para nuestras necesidades, nos vas a servir como escudo en momentos de aflicción y, que, aunque andemos en valle de sombra de muerte tú estarás con nosotros. Nos vas a guardar, nos vas a proteger, nos vas a cuidar, vas a cuidar nuestros pensamientos, a guardar nuestros corazones; por todas estas cosas Señor te damos la honra y la gloria, porque tú eres bueno.

Mientras todos oramos, en esta tarde, si usted me dice: Pastor yo necesito a Dios en mi vida, yo necesito al Señor en mi alma, déjeme decirle que a través de una oración de fe usted puede invitar a Jesucristo a venir a su corazón, a venir a su vida y comenzar una vida nueva, una vida de fe. Si usted quiere recibir a Cristo en el corazón, haga esta oración conmigo y dígale al Señor: Señor Jesús, en este día te pido perdón por mis pecados. Te entrego mi corazón, te entrego mi vida. Te doy gracias por haber enviado a Jesús a morir en mi lugar. Gracias por poner tu cuerpo en esa cruz. Gracias por derramar tu sangre preciosa en esa cruz. En este día te recibo como el Señor y Salvador de mi alma. Si usted hizo esta oración yo quiero animarle a crecer en el conocimiento de Dios, de su Santa y Bendita palabra.

Señor te damos gracias por este día, gracias por tu palabra que nos abre el entendimiento y que nos ayuda a comprender cosas, que a veces no son tan sencillas para nosotros asimilarlas. Bendice a tu pueblo. Oramos por aquellas personas que están atravesando momentos difíciles y que se les hace complicado entender por qué están pasando por esta prueba. Oramos Señor, que puedas llenar nuestros corazones de contentamiento, de paz y de esperanza en Cristo Jesús, Amén y amén.

Amados míos que la paz de Cristo les acompañe. Bendiciones para todos.

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